viernes, 29 de marzo de 2013

"No sé" parece ser la respuesta de mi cerebro cuando pienso en el futuro. 
Debería a los 32 años saber bien qué quiero hacer con mi vida, eso he oído, es "lo esperable". 
Recuerdo ahora algunas charlas viejas donde mi interlocutor me explicaba, desde la perspectiva de quién sabe qué escuela de psicología, que no era razonable presionar nuestras decisiones y nuestros puntos de vista para encajar con lo que es mayoritariamente aceptado... Parecía sensato; supongo que olvidó decirme que eso no me liberaba de la obligación de vivir de acuerdo a un plan, y que, peor aún, de no seguir las recomendaciones de la "sabiduría popular", me arriesgaba a ser constantemente cuestionada por mis decisiones, que, carentes de un sustento claro, me llevarían a una vida sin objetivos, un día a día vacío que no se llena adquiriendo bienes y servicios.

Aquí estoy. Una vez utilizados los servicios, y guardados los bienes en una bodega, una vez desaprovechadas las oportunidades que no supe valorar, sintiéndome como una adolescente que ha desobedecido... Claro que hoy el espejo me devuelve a una mujer con edad para ser señora, y las travesuras cometidas exceden por mucho la capacidad de un adolescente.

¿Qué faltó para saber llevar la vida responsablemente? ¿Qué debo hacer hoy para reconstruirme? ¿Cómo obtengo las respuestas que se supone debo tener? ¿Cómo es eso de conocerse a uno mismo?

¿Nos criamos en una generación que no sabe lo que es el autoconocimiento, o soy sólo yo?
Rodeados de estímulos, con el conocimiento universal a través de internet. De pronto todos tenemos todas las respuestas, da igual cuál sea la pregunta, en sólo algunos segundos nuestros smartphone encontrará la solución, los antecedentes y las influencias del tema consultado en distintas disciplinas.

Pero lo que pasa en mi cabeza, mis aspiraciones, mis metas, mis sentimientos y mis preferencias no están en internet, por eso no las encuentro en Google... Aunque sin duda encontraré infinidad de links que me guiarán "por el camino del autoconocimiento", y podría perderme más aún entre corrientes filosóficas, psico y sociológicas, religiones y cultos, coachings, recetas de la felicidad y magias de todos los colores.

Incluso ahora, que se supone intento descubrir qué hacer con mi vida, que me tomo este retiro voluntario al silencio y a la reflexión, lo hago a través de un blog, con el riesgo y la esperanza de que sean ustedes, quienes leen las palabras de esta desconocida, los que me den su orientación para saber qué estoy buscando.  Porque creo que ustedes, lectores desinteresados, pueden haber sentido lo mismo que yo, tal vez en algún momento comprendieron que su vida dependía en parte importante de lo que ustedes hicieran, y sintieron que no estaban preparados para hacerse cargo de esa responsabilidad.

Hace algunas semanas leía acerca de un estudio psicológico que defendía la hipótesis de que las personas eran más plenas cuando se casaban, porque las obligaciones de la vida en pareja y posteriormente de la familia, daban sentido a sus acciones, que debían orientarse a cumplir la planificación en común. Me despierta algunas dudas esa teoría; evidentemente en pareja se desarrolla rápidamente una planificación práctica que obliga y motiva, pero ¿qué garantiza que ese programa de proyección familiar no sea más que un presupuesto para alimentación, colegios, vacaciones, vivienda y transporte?, ¿cómo incorporar a esa vida, o a la vida de soltero,  esa necesidad que traemos en el ADN de hacer algo más en la vida que sólo ganar dinero y gastarlo?,

"Ser", más que "Hacer".

Eso busco, el motivo de existencia, la razón para decidir, el sustento espiritual que me lleve a dar cada día un paso para cumplir con un plan mayor.

¿Cómo cubrir la necesidad de espiritualidad, cuando Dios es un producto de las religiones? No me malentiendan, no cuestiono Su existencia, sólo las recetas de salvación que nos entregan aquéllos que tienen la soberbia de pensar que pueden interpretarlo.

Busco un plan para hacer lo correcto, busco las respuestas dentro de mí, porque ahí han sido puestas, pero me falta la llave para acceder a ellas.